Este bosque
es considerado uno de los más malditos y peligrosos de la tierra. Cada año
cobra por lo menos 100 vidas humanas y nadie sabe porque las personas que
visitan este bosque tienen unos irrefrenables deseos de suicidarse.
El bosque
de Aokigahara se encuentra en la base del monte Fuji. El bosque tiene una
asociación histórica con demonios de la mitología japonesa, habiendo poemas de
1000 años indicando que el bosque está maldito. Es un lugar único sobre la faz
de la tierra. Está llena de cavernas rocosas muy frías, y el bosque de por si
es bastante tétrico. El bosque es tan tupido que por los cambios de presiones
no corre viento. Es tan denso que la luz del sol no llega al bosque, dándole un
tono grisáceo muy frio. La fauna no va a vivir a esa zona, es decir, los animales
no existen a pesar de que hay árboles que dan frutos. Solo existen unas pocas
especies de insectos que se atreven a vivir allí. El paisaje te ofrece un
estado de profunda depresión como si fuera una pesadilla. En este bosque no
solo se suicidan aquellos que van con la idea clara de suicidio, se dice que
algunos, solo por el hecho de entrar como turista o curiosidad, han terminado
quitándose la vida. Esto se debe a la tremenda carga negativa que tiene este
lugar. De hecho, una de las cosas que llama la atención, es cuando uno se adentra
a este bosque en que muchos de los arboles a su alrededor tienen cintas de
color. Esto lo hacen para encontrar el camino de vuelta, ya que es muy fácil
perderse. Año a año la policía se adentra a este bosque para encontrar y sacar
los cuerpos muertos tirados en el bosque…y todos los años encuentran. Más de
100 cuerpos descompuestos, esqueletos que llevan décadas muertas y una serie de
artículos como ropa que eran parte de la persona. La mayoría de los suicidios
es por ahorcamiento. Muchos dejan notas de suicidios diciendo que todo lo que les
ha pasado en la vida han sido cosas malas. El nivel de frialdad, decisión y
rito de escribir una carta para que algún día sea encontrada, al igual que los
restos que aun queden a la vista, es algo espeluznante que no se puede
comprender.
Separando
el mito de la realidad, se han hecho todo tipo de documentales y estudios que
dicen que sin lugar a duda el lugar está cargado. Esta maldito. Esto no es como
entrar a un cementerio que ha sido elegido y bendecido por la religión
correspondiente. Las personas en un nivel de enorme tristeza son influenciadas
por la energía maligna del lugar o por el magnetismo negativo que tiene el
bosque para quitarse la vida.
Esto partió
en el siglo 19 cuando una gran hambruna azoto al Japón feudal. Los soldados japoneses
levaban a las personas moribundas o enfermas a ese lugar. Las familias más
pobres abandonaban a su suerte a los niños y a los ancianos que no podían
alimentar. Entonces desde ese momento se convirtió en una especie de cementerio
improvisado donde las personas morían y se descomponían. Surgieron historias
que afirmaban que el bosque estaba encantado por los fantasmas de los que allí
murieron. Sin embargo esto nunca paro, y personas de todas las edades,
principalmente hombres, van a cometer suicidios en ese lugar.
Existen
varias teorías de porque el bosque de Aokigahara es un lugar único para los
suicidios. Su fama de lugar de lugar de suicidio se deba a que en 1960 se
publicó la novela Kuroi Jukai (El mar oscuro de árboles) de Seicho Matsumoto.
Una historia de amor que trata de un joven que trata de buscar su amor, pero su
condición y todo a su alrededor se lo impiden. Finalmente este joven elige este
bosque y comete suicidio. Tal parece que los japoneses engancharon con esta
novela, y además de saber la historia pasada de este bosque, eligieron este
bosque para sus suicidios.
Otra teoría
dice que el autor Wataru Tsurumi, en su libro “El completo manual del suicidio”
de 1993, recomienda este bosque como un lugar idóneo para quitarse la vida. El
autor escribió un manual, perversamente detallado, sobre como cometer suicidio.
En este libro se explican métodos como sobredosis, ahorcamiento, auto-defenestración,
cortarse la muñeca y la arteria carótida, choque en auto, envenenamiento por
monóxido de carbono, electrocución, ahogo, inmolarse, congelamiento, etc. También
explica las consecuencias, es decir, cuál de los métodos es más doloroso, cual
dura menos tiempo, o con cual mueres sin siquiera darte cuenta. Este libro está
prohibido por el gobierno japonés porque muchas personas lo utilizaron como un
manual para cometer suicidio. El vínculo de este libro con el bosque Aokigahara
es que en uno de sus capítulos el autor recomienda quitarse la vida en el
bosque maldito. Él lo describía como una obra de arte quitarse la vida en el
bosque Aokigahara.
La tercera teoría
corresponde a que en Japón, a diferencia de la cultura occidental, no es un
pecado quitarse la vida. Están los kamikaze, el rito del sepukku o harakiri,
que son una idea de conservar el honor. Aquella persona que cree que ha
ofendido el rito de la vida, el hecho de suicidarse podría tratarse de una
forma de enmendar los pecados. Es algo que no existe en Japón actualmente, los
únicos que lo conservan son los mafiosos de crimen organizado llamado Jakusa. Esto
termino con el comienzo del periodo Meiji, que estaba a favor de la existencia
de la vida propiciado por los monjes budistas zen. El último que lo hizo fue el
escritor Yukio Mishima que se suicidó frente al palacio de gobierno con la
intencion de recuperar ciertas tradiciones de la cultura nipona.
La cuarta
teoría es la llamada enfermedad de Hikikomori. Es una enfermedad social de
aislamiento aguda que consiste en que personas de cualquier edad se encierran
sin salir de sus casas. No se atreven a gritos en colocar un pie fuera de la
puerta de salida. Aun no se sabe bien a qué viene este frote psicótico, pero
muchos les han echado la culpa a que estamos viviendo en una sociedad fría,
distanciada y muy tecnologizada. De alguna manera ellos logran a través de sus
computadores pedir comida a domicilio. No soportan a nadie viviendo con ellos.
Acumulan basura en sus cuartos porque no tienen como echarla fuera, y ordenan
los diarios y las revistas para poder moverse dentro del lugar. Pero en algún
momento de sus vidas deciden abandonar sus casas, pero solo con la intención de
suicidarse. La vida a adquirido tal nivel de peso existencial que ya no lo
soportan y deciden ir a este bosque maldito para acabar con sus vidas.
Actualmente en Japón, jóvenes que van desde los 21 hasta hombres adultos de 40 años,
existe casi un millón de personas que viven dentro de esta aguda crisis
existencial y que miran a este bosque como la única salida a este mal de la
cual no hay medicina ni tratamiento alguno. Japón tiene una de las tasas más
elevadas de suicidios en el mundo. La mayoría de los suicidios son de jóvenes
que no pudieron entrar a la universidad, y al no poder responderles a sus
padres por toda la inversión colegial que hicieron por él, van a este bosque maldito
a terminar con su vergüenza.
Existe un
cartel que lo tuvo que poner el gobierno japonés para poder tratar de disminuir
la cantidad de suicidios que año tras año llegan hasta las 100 víctimas. El
letrero dice: “pensemos una vez más en la vida que te fue dada, tus padres, tus
hermanos y hermanas, y los niños. No sufras solo, antes, contacta a alguien”.
Hay un número telefónico en caso de que varios de los que se adentran en este
bosque reflexionen sobre sus acciones antes de quitarse la vida. Junto con el
puente Golden Gate de San Francisco, este bosque es uno de los lugares
preferidos para los suicidios.
La película
“The Forest” está inspirada en este bosque japonés dando a conocer a los
occidentales el conocimiento de este lugar de suicidio. Esta película podría
activar un turismo bastante tétrico. Este bosque es bien conocido por los
japoneses, pero con esta película se teme que los extranjeros, ajenos a la
cultura nipona, pueden ser víctimas de este bosque maldito.